sábado, 9 de marzo de 2013

50 Sombras de Grey. La entrevista

—No, Anastasia, no soy gay.
Alza las cejas y me mira con ojos fríos. No parece contento.
—Le pido disculpas. Está… bueno… está aquí escrito.
Ha sido la primera vez que me ha llamado por mi nombre. El
corazón se me ha disparado y vuelven a arderme las mejillas. Nerviosa,
me coloco el mechón de pelo detrás de la oreja.
Inclina un poco la cabeza.
—¿Las preguntas no son suyas?
Quiero que me trague la tierra.
—Bueno… no. Kate… la señorita Kavanagh… me ha pasado
una lista.

—¿Son compañeras de la revista de la facultad?
Oh, no. No tengo nada que ver con la revista. Es una actividad
extraacadémica de ella, no mía. Me arden las mejillas.
—No. Es mi compañera de departamento.
Se frota la barbilla con parsimonia y sus ojos grises me observan
atentamente.
—¿Se ha ofrecido usted para hacer esta entrevista?—me pregunta
en tono inquietantemente tranquilo.
A ver, ¿quién se supone que entrevista a quién? Su mirada me
quema por dentro y no puedo evitar decirle la verdad.
—Me lo ha pedido ella. No se encuentra bien—le contesto
en voz baja, como disculpándome.
—Eso explica muchas cosas.
Llaman a la puerta y entra la rubia número dos.
—Señor Grey, perdone que lo interrumpa pero su próxima
reunión es dentro de dos minutos.
—No hemos terminado, Andrea. Cancele mi próxima reunión,
por favor.
Andrea se queda boquiabierta, sin saber qué contestar. Parece
perdida. El señor Grey vuelve el rostro hacia ella lentamente
y alza las cejas. La chica se pone colorada. Menos mal, no soy la
única.
—Muy bien, señor Grey—murmura y sale del despacho.
Él frunce el ceño y vuelve a centrar su atención en mí.
—¿Por dónde íbamos, señorita Steele?


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