lunes, 23 de marzo de 2015

Mantenerme viva (I.V.)


Que Dios no permita que yo pierda el romanticismo, aún sabiendo que las rosas no hablan...
Que yo no pierda el optimismo, aún sabiendo que el futuro que nos espera puede no ser tan alegre...
Que yo no pierda la voluntad de vivir, aún sabiendo que la vida es, en muchos momentos, dolorosa... 
Que yo no pierda la voluntad de tener grandes amigos; aún sabiendo que, con las vueltas del mundo, ellos se van de nuestras vidas...
Que yo no pierda la voluntad de ayudar a las personas, aún sabiendo que muchas de ellas son incapaces de ver, reconocer y retribuir, esta ayuda...
Que yo no pierda el equilibrio, aún sabiendo que muchas fuerzas quieran que yo caiga... 
Que yo no pierda la voluntad de amar, aún sabiendo que la persona que yo más amo, pueda no sentir el mismo sentimiento por mí...
Que yo no pierda la luz y el brillo en la mirada, aún sabiendo que muchas cosas que veré en el mundo, oscurecerán mis ojos...
Que yo no pierda la garra, aún sabiendo que la derrota y la pérdida son dos adversarios sumamente peligrosos...
Que yo no pierda la razón, aún sabiendo que las tentaciones de la vida son muchas y deliciosas...
Que yo no pierda el sentimiento de justicia, aún sabiendo que la perjudicada pueda ser yo... 
Que yo no pierda mi abrazo fuerte, aún sabiendo que un día mis brazos estarán débiles... 
Que yo no pierda la belleza y la alegría de ver, aún sabiendo que muchas lágrimas brotarán de mis ojos y correrán por mi alma... 
Que yo no pierda el amor por mi familia, aún sabiendo que ella muchas veces, me exigirá esfuerzos increíbles para mantener la armonía...
Que yo no pierda la voluntad de donar este enorme amor que existe en mi corazón, aún sabiendo que muchas veces él será rechazado...
Que yo no pierda la voluntad de ser grande, aún sabiendo que el mundo es pequeño...
Y encima de todo...
Que yo jamás me olvide que ¡Dios me ama infinitamente! Que un pequeño grano de alegría y esperanza dentro de cada uno es capaz de cambiar y transformar cualquier cosa, pues ¡la vida es construida en los sueños y realizada en el amor!
¿De qué nos sirve vivir, sino sabemos respirar? ¿De qué nos sirve soñar, sino somos capaces de hacer realidad nuestros sueños?

Resultado de imagen de vida

lunes, 16 de marzo de 2015

Fuerza y coraje (I.V.)


No veas en los obstáculos una fuente de problemas, descubre en ellos la oportunidad de superarte y enfréntalos con valentía.
Un día, una pequeña abertura apareció en un capullo; un hombre se sentó y observó a la mariposa por varias horas, mientras ella se esforzaba para hacer que su cuerpo pasase a través de aquel pequeño agujero.
En tanto, parecía que ella había dejado de hacer cualquier progreso. Parecía que había hecho todo lo que podía, pero no conseguíaagrandarlo. Entonces el hombre decidió ayudar a la mariposa: el tomó una tijera y abrió el capullo. La mariposa pudo salir fácilmente, pero su cuerpo estaba marchito, era pequeño y tenía las alas arrugadas.
El hombre siguió observándola porque esperaba que, en cualquier momento, las alas se abrieran y estirasen para ser capaces de soportar el cuerpo, y que éste se hiciera firme.
¡Nada aconteció! En verdad, la mariposa pasó el resto de su vida arrastrándose con un cuerpo marchito y unas alas encogidas. Ella nunca fue capaz de volar.
Lo que el hombre, en su gentileza y su voluntad de ayudar no comprendía, era que el capullo apretado y el esfuerzo necesario para que la mariposa pasara a través de la pequeña abertura, era la forma en que el creador hacía que el fluido del cuerpo de la mariposa, fuese a sus alas, de tal modo que ella estaría lista para volar, una vez que se hubiese liberado del capullo.
Algunas veces, el esfuerzo es exactamente lo que necesitamos en nuestra vida. Si Dios nos permitiese pasar por nuestras vidas sin encontrar ningún obstáculo, nos dejaría limitados. No lograríamos ser tan fuertes como podríamos haber sido.
Nunca podríamos volar.
Pedí fuerza............. y me dio dificultades para hacerme fuerte.
Pedí sabiduría........ y me dio problemas para resolver.
Pedí prosperidad.... y me dio cerebro y músculos para trabajar.
Pedí valor............... y me dio obstáculos para superar.
Pedí amor............... y me dio personas con problemas a las cuales ayudar.
Pedí favores........... y me dio oportunidades.
Yo no recibí nada de lo que pedí...
Pero he recibido todo lo que necesitaba.
Vive la vida sin miedo, enfrenta todos los obstáculos y demuestra que puedes superarlo.
¡¡¡PERSEVERANCIA, ESTA ES LA PALABRA JUSTA!!!


lunes, 9 de marzo de 2015

Descubriendo tu propia vida (I.V.)


Que descubras la serenidad y tranquilidad en un mundo imposible de entender.
Que el dolor que has vivido y los problemas que has experimentado, te den el poder de caminar por la vida enfrentando cada situación con optimismo y valor.
No olvides que habrá seres cuyo amor y comprensión siempre estarán contigo, aun cuando te sientas solo.
Que descubras suficiente bondad en otros para creer en un mundo de paz.
Que una palabra generosa, un abrazo y una sonrisa sean tuyos todos los días de tu vida.
Que puedas dar estos regalos tanto como recibirlos.
Recuerda el sol aun en medio de la tormenta.
Enseña amor a aquellos que odian, y deja que ese amor te fortalezca.
Recuerda que aquellos seres cuyas vidas has tocado y aquellos otros que han dejado su huella en ti, siempre ocuparán un lugar especial en tu corazón.
No importa si el encuentro fue corto y no lo que tu esperabas o deseabas.
No te preocupes demasiado por lo material.
Valoriza más la bondad y generosidad que habitan en tu corazón.
Que encuentres tiempo cada día para apreciar la belleza y el amor que te rodean.
Realiza que como seres humanos tenemos muchas cosas en común pero en el fondo todos somos diferentes.
Aprecia y respeta las diferencias.
Lo que sientes que careces en el presente puede ser tu fortaleza en el futuro.
Que veas un futuro lleno de posibilidades.
Que encuentres suficiente fortaleza en tu interior para determinar por tí mismo tu valor, y no dependas de la opinión de otros para reconocer tus habilidades.

jueves, 5 de marzo de 2015

Tu propia isla (I.V.)

Erase una vez una isla donde habitaban todos los sentimientos:
La alegría, la tristeza y muchos más, incluyendo el Amor.
Un día les fue avisado a los moradores que la isla se iba a hundir.
Todos los sentimientos se apresuraron a salir de la isla,
se metieron en sus barcos y se prepararon a partir,
pero el Amor se quedó,
porque se quería quedar un rato más con la isla que tanto amaba antes de que se hundiese.
Cuando por fin ya estaba casi ahogado, el Amor comenzó a pedir ayuda.
En eso venía la Riqueza y el Amor le dijo: Riqueza llévame contigo.
No puedo – le contestó – hay mucho oro y plata en mi barco,
No tengo espacio para tí.
Entonces el Amor le pidió ayuda a la Vanidad: por favor ayúdame.
La vanidad le dijo: no te puedo llevar tu estás todo mojado,
Vas a arruinar mi barco nuevo.
El Amor le pidió ayuda a la Tristeza: Tristeza me dejas ir contigo?.
Ella le respondió: Ay !! Amor estoy tan triste que prefiero estar solita.
También paso la Alegría, pero ella estaba tan alegre,
que no oyó el Amor llamar.
Allí fue cuando una voz le llamó; ven Amor yo te llevo, era un viejito, pero el Amor estaba tan feliz que se le olvidó preguntarle su nombre.
Al llegar a tierra firme le pregunto a la sabiduría:
Sabiduría, ¿ quién era el viejito que me trajo aquí ?
Ella respondió: era el Tiempo.
¿ El Tiempo ? preguntó el Amor,
pero, ¿ porqué solo el Tiempo me quiso traer ?.
La Sabiduría le respondió:
Porque solo el tiempo es capaz de ayudar a entender un gran Amor...
Duele amar a alguien y no ser correspondidos, pero lo que es más doloroso es amar a alguien y nunca encontrar el valor para decirle a esa persona lo que sientes.
Tal vez Dios quiere que nosotros conozcamos a unas cuantas personas equivocadas antes de conocer a la persona correcta, para que al fin cuando la conozcamos, sepamos ser agradecidos por ese maravilloso regalo.
Una de las cosas más tristes de la vida es cuando conoces a alguien que significa todo, solo para darte cuenta que al final no era para tí, y lo tienes que dejar ir.
Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra puerta se abre, pero algunas veces miramos tanto tiempo a aquella puerta que se cerró, que no vemos la que se ha abierto frente a nosotros.
Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.
Darle a alguien todo tu amor nunca es un seguro de que te amarán de regreso, pero no esperes que te amen de regreso, sólo espero que el amor crezca en el corazón de la otra persona, pero si no crece, sé feliz porque creció en el tuyo.
Hay cosa que te encantaría oír que nunca escucharás de la persona que te gustaría que te las dijera pero no seas tan sorda(o) para no oírlas de aquel que las dice desde su corazón.
Nunca digas adiós si todavía quieres tratar.
Nunca te des por vencida(o) si sientes que puedes seguir luchando.
Nunca le digas a una persona que ya no la amas si no puedes dejarla ir.
El amor llega a aquel que espera, aunque lo hayan decepcionado, a aquel que aún cree, aunque haya sido traicionado, a aquel que todavía necesite amar, aunque antes haya sido lastimado, y aquel que tiene el coraje y la fe para construir la confianza de nuevo.
El principio del amor es dejar que aquellos que conocemos sean ellos mismos,
y no tratarlos de voltear con nuestra propia imagen,
porque entonces sólo amaremos el reflejo de nosotros mismos en ellos.
No vayas por el exterior, este te puede engañar.
No vayas por las riquezas, porque aún eso se pierde.
Ve por alguien que te haga sonreír, porque toma tan solo una sonrisa para hacer que un día oscuro brille.
Espero que encuentres aquella persona que te haga sonreír.
Hay momentos en los que se extraña a una persona tanto que quieres sacarla de tus sueños y abrazarla con todas tus fuerzas.
Espero que sueñes con alguien especial.
Sueña lo que quieras soñar, ve adonde quieras ir, sé lo que quieras ser, porque tienes tan sólo una vida y una oportunidad para hacer todo lo que quieras hacer.
Espero que tengas:
Suficiente felicidad para hacerte dulce.
Suficientes pruebas para hacerte fuerte.
Suficiente dolor para mantenerte humana(o).
Suficiente esperanza para ser feliz.
Las personas más felices no siempre tienen lo mejor de todo, sólo sacan lo mejor de todo lo que encuentran en su camino.
La felicidad espera por aquellos que lloran, aquellos que han sido lastimados, aquellos que buscan, aquellos que tratan, porque sólo ellos pueden apreciar la importancia de las personas que han tocado sus vidas.
El Amor comienza con una sonrisa, crece con un beso y muere con una lágrima.
La brillantez del futuro siempre será basada en un pasado olvidado.
No puedes ir feliz por la vida hasta que dejes ir tus fracasos pasados y los dolores de tu corazón.
Cuando naciste, tú llorabas y todos alrededor sonreían;
Vive tu vida de forma tal que cuando mueras tú, sonrías, y todos alrededor te lloren.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Tu globo (I.V.)

. Una vez había una gran fiesta en un pueblo. Toda la gente había dejado sus trabajos y ocupaciones de cada día para reunirse en la plaza principal, en donde estaban los juegos y los puestos de venta de cuanta cosa bonita uno pudiera imaginarse.
Los niños eran quienes gozaban con aquellos festejos populares. Había venido de lejos todo un circo, con payasos y equilibristas, con animales amaestrados y domadores que les hacían hacer pruebas y cabriolas.
También se habían acercado hasta el pueblo toda clase de vendedores, que ofrecían golosinas, alimentos y juguetes para que los chicos gastaran allí los pesos que sus padres o padrinos les habían regalado con objeto de sus cumpleaños, o pagándoles trabajitos extras.
Entre todas estas personas había un vendedor de globos. Los tenía de todos los colores y formas. Había algunos que se distinguían por su tamaño. Otros eran bonitos porque imitaban a algún animal conocido, o extraño.
Grandes, chicos, vistosos o raros, todos los globos eran originales y ninguno se parecía al otro. Sin embargo, eran pocas las personas que se acercaban a mirarlos, y menos aún los que pedían para comprar algunos.
Pero se trataba de un gran vendedor. Por eso, en un momento en que toda la gente estaba ocupada en curiosear y detenerse, hizo algo extraño. Tomó uno de sus mejores globos y lo soltó.
Como estaba lleno de aire muy liviano, el globo comenzó a elevarse rápidamente y pronto estuvo por encima de todo lo que había en la plaza. El cielo estaba clarito, y el sol radiante de la mañana iluminaba aquel globo que trepaba y trepaba, rumbo hacia el cielo, empujado lentamente hacia el oeste por el viento quieto de aquella hora. El primer niño gritó:
-¡Mira mamá un globo!
Inmediatamente fueron varios más que lo vieron y lo señalaron a sus chicos o a sus más cercanos. Para entonces, el vendedor ya había soltado un nuevo globo de otro color y tamaño mucho más grande. Esto hizo que prácticamente todo el mundo dejara de mirar lo que estaba haciendo, y se pusiera a contemplar aquel sencillo y magnífico espectáculo de ver como un globo perseguía al otro en su subida al cielo.
Para completar la cosa, el vendedor soltó dos globos con los mejores colores que tenía, pero atados juntos. Con esto consiguió que un tropilla de niños pequeños lo rodeara, y pidiera a gritos que su papá o su mamá le comprara un globo como aquellos que estaban subiendo y subiendo. Al gastar gratuitamente algunos de sus mejores globos, consiguió que la gente le valorara todos los que aún le quedaban, y que eran muchos.
Porque realmente tenía globos de todas formas, tamaños y colores. En poco tiempo ya eran muchísimos los niños que se paseaban con ellos, y hasta había alguno que imitando lo que viera, había dejado que el suyo trepara en libertad por el aire.
Había allí cerca un niño negro, que con dos lagrimones en los ojos, miraba con tristeza todo aquello. Parecía como si una honda angustia se hubiera apoderado de él. El vendedor, que era un buen hombre, se dio cuenta de ello y llamándole le ofreció un globo.
El pequeño movió la cabeza negativamente, y se rehusó a tomarlo.
-Te lo regalo, pequeño, le dijo el hombre con cariño, insistiéndol para que lo tomara.
Pero el niño negro, de pelo corto y ensortijado, con dos grandes ojos tristes, hizo nuevamente un ademán negativo rehusando aceptar lo que se le estaba ofreciendo.
Extrañado el buen hombre le preguntó al pequeño que era entonces lo que lo entristecía. Y el negrito le contestó, en forma de pregunta:
- Señor, si usted suelta ese globo negro que tiene ahí ¿Será que sube tan alto como los otros globos de colores?
Entonces el vendedor entendió. Tomó un hermoso globo negro, que nadie había comprado, y desatándolo se lo entregó al pequeño, mientras le decía:
- Haz tú mismo la prueba. Suéltalo y verás como también tu globo sube igual que todos los demás.
Con ansiedad y esperanza, el negrito soltó lo que había recibido, y su alegría fue inmensa al ver que también el suyo trepaba velozmente lo mismo que habían hecho los demás globos. Se puso a bailar, a palmotear, a reírse de puro contento y felicidad.
Entonces el vendedor, mirándolo a los ojos y acariciando su cabecita enrulada, le dijo con cariño:
- Mira pequeño, lo que hace subir a los globos no es la forma ni el color, sino lo que tiene adentro.
El niño sonrió con satisfacción y agradeció al vendedor y marchó saltando, para confundirse con los muchachos que coloreaban el parque en aquella soleada tarde.
El vendedor de globos le acababa de enseñar una bella lección de fraternidad: no es el cuerpo, ni el color, ni la raza, ni tampoco la posición social, ni la religión o las apariencias… es lo que está dentro de cada uno lo que le hace subir.