jueves, 27 de junio de 2013

Hubo un momento


Hubo un momento
Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna; pero volviste a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar.
Hubo un momento en el que dejaste de creer en el amor; y luego apareció esa persona y no pudiste dejar de amarla cada día más.
Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir; y conociste a ese amigo que te hizo reír y llorar, en los mejores y en los peores momentos.
Hubo un momento en el que estabas seguro que la comunicación con alguien se había perdido; y fue luego cuando el cartero visitó el buzón de tu casa.
Hubo un momento en el que una pelea prometía ser eterna ; y sin dejarte ni siquiera entristecerte terminó en un abrazo.
Hubo un momento en que un examen parecía imposible de pasar ; y hoy es un examen más que aprobaste en tu carrera .
Hubo un momento en el que dudaste de encontrar un buen trabajo; y hoy puedes darte el lujo de ahorrar para el futuro.
Hubo un momento en el que sentiste que no podrías hacer algo; y hoy te sorprendes a ti mismo haciéndolo.
Hubo un momento en el que creíste que nadie podía comprenderte; y te quedaste boquiabierto mientras alguien parecía leer tu corazón.
Así como hubo momentos en que la vida cambió en un instante, nunca olvides que aún habrá momentos en que lo imposible se tornará un sueño hecho realidad.
Nunca dejes de soñar, porque soñar es el principio de un sueño hecho realidad.
Recuerda "todo lo que sucede, sucede por una razón"

miércoles, 26 de junio de 2013

Hoy cumple mi niña un añito más


Hoy cumple mi niña
un añito más
Sus ojitos brillan
de felicidad
Rojas las mejillas
llenas de ilusión
Y no cabe el gozo,
y no cabe el gozo en su corazón
Feliz cumpleaños
mi niña chiquita
Con cuanta emoción
apaga las velitas
Los padres se encantan
mirando a la hijita partiendo la tarta
con sus amiguitas
feliz cumpleaños
mi niña bonita

Hoy cumple mi niña
un añito más
Mi niña chiquita
qué bonita está
La miro y la miro
con felicidad
Que cumple mi hijita,
que cumple mi hijita un añito más.
Feliz cumpleaños
mi niña chiquita
Con cuanta emoción
apaga las velitas
Los padres se encantan
mirando a la hijita partiendo la tarta
con sus amiguitas
Feliz cumpleaños
mi niña bonita

© Perlita de Huelva

martes, 25 de junio de 2013

Persona no grata


En un vuelo de British Airways entre Johanesburgo y Londres, una señora blanca de unos cincuenta anos se sienta al lado de un negro. 
Llama a la azafata para quejarse: 

- Cuál es el problema, señora? - pregunta la azafata. 
- Pero no lo ve? - responde la señora- Me colocó al lado de un negro. No puedo quedarme al lado de estos "inmundos". Deme otro asiento. 
- Por favor, cálmese. -dice la azafata- Casi todos los lugares de este vuelo están tomados. Voy a ver si hay algún lugar en clase ejecutiva o en primera 

. La azafata se apura y vuelve unos minutos después. 

- Señora -explica la azafata- como yo sospechaba, no hay ningún lugar vacío en clase económica. Hablé con el comandante y me confirmó que tampoco hay lugar en ejecutiva. Pero sí tenemos un lugar en primera clase. 
Antes que la señora pudiese responder algo, la azafata continuó. 

- Es totalmente inusitado que la compañía conceda un asiento de primera clase a alguien que está en económica, pero dadas las circunstancias, el comandante consideró que sería escandaloso que alguien sea obligado a sentarse al lado de una persona tan execrable... 
Y, diciendo eso, la azafata mira al negro y dice: 

- Si el señor me hiciera el favor de tomar sus pertenencias, el asiento de primera clase ya está preparado.

Y todos los pasajeros alrededor, que presenciaron la escena, se levantaron y aplaudieron por la actitud de la compañía.


El Circo


Cuando yo era adolescente, en cierta oportunidad estaba con mi padre haciendo cola para comprar entradas para el circo. Al final, sólo quedaba una familia entre la ventanilla y nosotros. Esta familia me impresionó mucho. Eran ocho chicos, todos probablemente menores de doce años. Sé veía que no tenían mucho dinero. La ropa que llevaban no era cara, pero estaban limpios. Los chicos eran bien educados, todos hacían bien la cola, de a dos detrás de los padres, tomados de la mano. Hablaban con excitación de los payasos, los elefantes y otros números que verían esa noche. Se notaba que nunca antes habían ido al circo. Prometía ser un hecho saliente en su vida. El padre y la madre estaban al frente del grupo, de pie, orgullosos. La madre, de la mano de su marido, lo miraba como diciendo: " Eres mi caballero de brillante armadura". Él sonreía, henchido de orgullo y mirándola como si respondiera: "Tienes razón". La empleada de la ventanilla preguntó al padre cuantas entradas quería. Él respondió con orgullo: "Por favor, deme ocho entradas para menores y dos de adultos, para poder traer a mi familia al circo". La empleada le indicó el precio. La mujer soltó la mano de su marido, ladeó su cabeza y el labio del hombre empezó a torcerse. Este se acercó un poco más y preguntó: "¿Cuánto dijo?". La empleada volvió a repetirle el precio. ¿Cómo iba a darse vuelta y decirle a sus ocho hijos que no tenia suficiente dinero para llevarlos al circo?. Viendo lo que pasaba, papá puso la mano en el bolsillo, sacó un billete de veinte dólares y lo tiró al suelo. Nosotros no éramos ricos en absoluto. Mi padre se agachó, recogió el billete, palmeó al hombre en el hombro y le dijo: " Disculpe, señor, se le cayó esto del bolsillo". El hombre se dió cuenta de lo que pasaba. No había pedido limosna, pero sin duda apreciaba la ayuda en una situación desesperada, angustiosa e incomoda. Miró a mi padre directamente a los ojos, con sus dos manos le tomó la suya, apretó el billete de veinte dólares y con labios trémulos y una lágrima rodándole por la mejilla, replicó: "Gracias, gracias señor. Esto significa realmente mucho para mi familia y para mí". Papá y yo volvimos a nuestro auto y regresamos a casa. Esa noche no fuimos al circo, pero no nos fuimos sin nada...

lunes, 24 de junio de 2013

El silencio del interior

La capacidad de pensar sin cabeza,
La capacidad de volar sin alas,
La capacidad de caminar sin pies,
La capacidad de observar sin perturbar,
La capacidad de escuchar sin interrumpir,
La capacidad de palpar sin crear incomodidad,
La capacidad de disfrutar la flor sin robarle su aroma
y sobre todo la capacidad de entrar en ti y ver tu realidad.

La verdad solo se puede conocer en absoluto silencio.
No solo el silencio de afuera es necesario, pero también el silencio interior.
Si al cerrar tus ojos tu mente está en silencio la puerta está abierta para conocer la realidad que te anima a vivir. 
Esa única realidad que llena tu alma de luz y claridad.

Sin el silencio, tu alma no tiene claridad, no tiene luz.
El silencio es la atmósfera que el amor necesita para que tu alma brille. 
El silencio en un lado y el amor en el otro, le dan alas a tu corazón.

Esa belleza y esa armonía han sido perdidas debido a la ira, al orgullo etc.. esto es lo que significa la falta de silencio.
Todas las preguntas están listas para ser respondidas, sin importar que profundas sean. Simplemente entra en la paz del silencio, calma ese mar de deseos, ese mar de ilusiones, deja que la calma te invada, deja que el silencio te posea, en ese momento lo viejo desaparece y lo nuevo nace en ti.

Recuerda, el silencio es el vientre de donde nacen los sabios. Si deseas adquirir sabiduría, vuelve a nacer en medio del silencio. Solo así encontrarás tu razón de ser, la razón por la cual has nacido…

Siéntate cómodamente, observa a tu alrededor, no juzgues, detente en tu afán, observa de nuevo, comprende que tu vida es un tesoro, deja tus preocupaciones a un lado… no hay necesidad de llevar un equipaje pasado, ya tu corazón tiene lo que necesitas en este viaje maravilloso, que es tu vida…

Deja el temor y permite que el silencio te posea, solo en esa inmensidad podrás escuchar la voz de lo eterno dentro de ti, llamándote a vivir plenamente, llamando para darte a conocer todos los misterios del universo y no solamente esto, también esa voz quiere darte a conocer el secreto de la vida eterna, pero cuidado, no creas en promesas, haz que esta se convierta en tu única realidad… 

Solo en profundo silencio, podrás comprender lo que significa todo esto y sobre todo el estar vivo…


viernes, 21 de junio de 2013

Con el tiempo aprendes

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
Con el tiempo te das cuenta de que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.
Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero.
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes…
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día lloraras por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible.
Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados.
Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer planes.
Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.
Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo…. ante una tumba…, ya no tiene ningún sentido…
Pero desafortunadamente….SOLO CON EL TIEMPO….
Y como aún es tiempo… mando muchísimos saludos a todos.. para los que ya no estamos juntos, por todos los momentos buenos y malos que nos tocó vivir.. y a todos con los que ahora estoy pasando momentos geniales.. gracias por estar …
Y RECUERDA ESTAS PALABRAS:
“EL HOMBRE SE HACE VIEJO MUY PRONTO Y SABIO MUY TARDE” JUSTAMENTE CUANDO YA NO HAY TIEMPO

El valor de cada uno


Pablo, con el rostro abatido de pensar, se reúne con su amiga Laura en un bar a tomar un café. Deprimido, descargó en ella sus angustias... que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación!...Todo parecía estar mal en su vida.

 Laura introdujo la mano en su bolso, sacó un billete de 50 EUR y le dijo:

-¿Quieres este billete?

-Laura...son 50 EUR, ¿quién no los querría?

Entonces Laura tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo una pequeña bola. Mostrando la estrujada pelotita a Pablo, volvió a preguntarle:

-Y ahora, ¿lo quieres también?

-Laura, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 50 EUR. Claro que lo cogeré si me lo das.

Laura desdobló el arrugado billete, lo tiró al suelo y lo restregó con el pie, levantándolo luego sucio y marcado.

-¿Lo sigues queriendo?

-Mira, Laura, sigo sin entender a donde vas, pero es un billete de 50 EUR, y mientras no lo rompas, conserva su valor...

-Pablo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, sigues siendo tan valioso como siempre lo has sido...Lo que debes preguntarte es cuánto vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.

Pablo se quedó mirando a Laura sin atinar con palabra alguna, mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro.

Laura puso el arrugado billete a su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó:

-Toma, guárdalo, para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal... pero me debes un billete nuevo de 50 EUR para poderlo usar con la próxim@ amig@ que lo necesite.

Le dio un beso en la mejilla y se alejó hacia la puerta.

Pablo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó y con una renovada energía llamó al camarero para pagar la cuenta...

jueves, 20 de junio de 2013

El ruiseñor y la rosa

EL RUISEÑOR Y LA ROSA
(Modificado del original de Oscar Wilde)

            Sucedió hace más de dos siglos... Paolo era un muchacho universitario de unos veinte años. Estudiaba Filosofía en una pequeña ciudad al Norte de Italia. Como no era natural de allí, se alojaba en una casa alquilada. Vivía solo (bueno, en realidad contaba con la compañía de un ruiseñor que todas las noches le deleitaba con sus cantos).

            Aparte de los estudios, otra cosa ocupaba continuamente la cabeza del estudiante: al poco de llegar a aquella ciudad se había enamorado de una chica. Todos los días la veía, pero nunca había podido acercarse a ella para conversar y declararle su amor, pues era la hija del alcalde y él... no era nadie.

            Un día, al salir a la calle, escuchó al vocero del Ayuntamiento leer a grandes gritos un bando del alcalde. Decía...: “Mañana celebraré el vigésimo cumpleaños de mi queridísima hija única, y quiero que sea una gran fiesta para todo el pueblo: todos están invitados a participar en los festejos, que se desarrollarán en los jardines del Ayuntamiento a partir de las cinco de la tarde. Habrá comida y bebida, teatro, juglares, música y baile... Además, el primer joven que se presente en la fiesta con una rosa de color rojo para obsequiar a mi hija, tendrá el honor de participar con ella en un baile...” (Paolo no necesitó seguir escuchando. Era casi un milagro, pues nunca antes había podido hablar con ella: iría a buscar esa rosa de color rojo, la llevaría a la fiesta y... en los pocos minutos que durase el baile con ella se presentaría y le declararía su amor).

            (El estudiante fue de tienda en tienda, de jardín en jardín, en busca de esa flor, pero no encontró nada. Finalmente, sumido en una gran depresión, llegó a su casa, miró al pájaro y pensó: “Éste no entiende nada de mi sufrimiento, ni de las alegrías y penas que trae el amor, pero voy a dejarle que disfrute al menos de la libertad de volar por el campo: voy a soltarlo...” Y abrió la jaula).

            El pájaro sí entendía al estudiante y sabía de su enamoramiento, porque a veces hacía comentarios en voz alta cuando se encontraba en casa. Como le apreciaba mucho, decidió ir en busca de esa flor: -“Necesito que me des enseguida una rosa de color rojo”, decía mientras iba por la ciudad de rosal en rosal. -“No tengo flores” o -“Las mías son de otro color”, eran a veces las respuestas.

            Finalmente, llegó a un rosal situado bajo la ventana de la habitación del estudiante y le formuló esa misma petición. El rosal, que conocía y apreciaba al ruiseñor porque todos las noches escuchaba sus cantos le contestó: -“El invierno ha sido muy duro y soy incapaz de dar siquiera una flor. Aunque habría un sistema, pero te aprecio tanto que... ¡mejor no!” -“Sí, contestó el ruiseñor, estoy dispuesto a hacer lo que sea.” Y tanto le insistió que finalmente el rosal accedió a contárselo: -“Esta noche vendrás y, cuando la luna llena esté en lo alto, aplicarás tu pecho sobre una de mis espinas y empezarás a cantar... El calor de tu cuerpo revitalizará mis vasos y tu sangre correrá por ellos... Así florecerá una rosa de color rojo: del color rojo de tu sangre... Ya sabes el precio...”

            Llegó la noche y el ruiseñor se acercó al rosal, apoyó su pecho sobre una espina y empezó a cantar... (El estudiante lo reconoció enseguida y pensó, mientras lo escuchaba: -“¡Qué feliz es, mientras yo sufro desconsolado!”). -“Más fuerte -le dijo el rosal-, tienes que apretar tu pecho, que la espina se clave en tu corazón, hasta que salga la última gota de tu sangre”. Y así lo hizo: interpretó entonces la mejor de sus canciones... (El estudiante lo oía extasiado, ya que nunca había cantado así). Poco después el ruiseñor se desplomó sobre el suelo... (El estudiante pensó: -“¡Vaya!, ha dejado de cantar: ¡qué contento se le notaba hoy! En fin, yo voy a recoger mis cosas y a acostarme, que mañana hay que seguir trabajando”). Y en lo alto del rosal empezó a florecer una espléndida rosa de color rojo...

            A la mañana siguiente, cuando se levantó, el estudiante fue a abrir la ventana y sus ojos se encontraron con la hermosa flor que había salido esa noche. -“¡Soy el hombre más afortunado del mundo!”, exclamó. Cortó la flor y la preparó. Y cambió los planes para esa mañana: también él debería arreglarse para la fiesta de cumpleaños... (Durante horas no hizo otra cosa que probarse distintas combinaciones de ropa -“¡Tengo que impresionarla!”, pensaba- y ensayar delante del espejo, mientras daba vueltas en su cabeza a las palabras que le diría…)

            Mientras se dirigía hacia el Ayuntamiento, preparaba en su interior lo que iba a decir a su amada durante el baile. Pero descubrió entre las personas que se dirigían a la fiesta al hijo del banquero (-“El padre de éste sí que tiene poder: ¡el alcalde no toma una decisión importante sin consultarle antes!”, pensaba); y al de un comerciante que vendía zapatos (-“¡Qué zapatos de piel lleva!: cómo se nota que su padre tiene mucho dinero...) Ambos conocían a la hija del alcalde porque sus padres eran influyentes. Y pensó: -“Ésos sí que tienen dinero y poder. Yo en cambio... ¡no tengo nada! Y cuando baile con ella me lo va a decir: -‘Mira a éste y a aquél, mientras que tú... ¿qué puedes ofrecerme?’ Y me va a despreciar... ¡No vale la pena intentarlo!” (Así que, a punto de llegar al Ayuntamiento, arrojó la flor al el suelo y se dio media vuelta).

            Cuando llegó a su casa vio el cuerpo del ruiseñor muerto sobre el suelo. -“¡Vaya!, comento, se ve que anoche cogió frío: estaba disfrutando tanto mientras cantaba... Al menos gozó un poco del placer de estar suelto... Bueno, yo voy a seguir con mis estudios y a olvidar esas cosas del amor, que son sólo tonterías...”