jueves, 27 de noviembre de 2014

EL DISCÍPULO DE SOCRATES..(I.V.)



Un discípulo llegó muy agitado a casa de Sócrates, y empezó a hablar de esta manera:
- Maestro, quiero contarte que un amigo tuyo estuvo hablando de tí con alevolencia.
Sócrates lo interrumpió diciendo:
- ¡Espera! Ya hiciste pasar a través de las Tres Bardas lo que me vas a decir?
- ¿Las Tres Bardas?
- Sí, replicó Sócrates. La primera es la VERDAD. ¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir, es verdadero en todos los puntos?
- No.... lo oí decir a unos vecinos......
- Pero al menos lo habrás hecho pasar, por la segunda Barda que es la BONDAD. ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?
- No, en realidad no; al contrario........
- ¡Ah!, interrumpió Sócrates. Entonces vamos a la última Barda. ¿Es NECESARIO que me cuentes eso??
- Para ser sincero, no; necesario no es.
- Entonces, sonrió el sabio, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario.... Sepultemoslo en el Olvido.
Así son las cosas, muchas veces, contamos cosas que no tienen porque contarse, y hacemos un daño sin ningún sentido.

lunes, 10 de noviembre de 2014

LA CAJA LLENA DE BESOS....
Hace ya un tiempo, un hombre castigó su pequeña niña de 3 años por desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado. El dinero era escaso en esos días por lo que exploto en furia, cuando vio a la niña tratando de envolver una caja para ponerla debajo del árbol de Navidad, mas sin embargo la niña le llevo el regalo a su padre la siguiente mañana y dijo:
- Esto es para ti, Papa
El se sintió avergonzado de su reacción de furia, pero este volvió a explotar cuando vio que la caja estaba vacía. Le volvió a gritar diciendo:
- ¡¡¡Qué no sabes que cuando das un regalo a alguien se supone que debe haber algo adentro!!!

La pequeñita volteó hacia arriba con lagrimas en los ojos y dijo:
- Oh, Papi, no esta vacía, yo soplé besos adentro de la caja. Todos para ti, Papi.

El Padre se sintió morir; puso sus brazos alrededor de su niña y le suplico que lo perdonara.

Se ha dicho que el hombre guardó esa caja dorada cerca de su cama por años y siempre que se sentía derrumbado, él tomaba de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que su niña había puesto ahí. En una forma muy sensible, cada uno de nosotros los humanos, hemos recibido un recipiente dorado, lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos, amigos, o de nuestra familia y seres queridos.

Nadie podría tener una propiedad o posesión más hermosa que esta


miércoles, 5 de noviembre de 2014

EL AMOR DE MADRE...ES GRATIS

Un niño pequeño se dirigió a su madre que estaba en la cocina preparando la cena y le entregó un pedazo de papel que había escrito. El papel decía lo siguiente:
a. Por cortar el césped 5 € 
b. Por limpiar mi cuarto ésta semana 1 €
c. Por hacer recados 1 €
d. Por cuidar a mi hermano pequeño 1 €
e. Sacar la basura 1 €
f. Por sacar buenas notas 5 €
h. Total Adeudado 14.00 €
Su madre lo miró y en aquel momento el niño pudo ver todos los recuerdos que pasaban por su mente. Ella tomó una pluma, y en el otro lado del papel escribió:
Por los nueve meses que te cargué mientras tú crecías dentro de mí, ES GRATIS.
Por todas las noches que me senté a tu lado, te cuidé y recé por ti, ES GRATIS.
Por todos los momentos difíciles, y todas las lágrimas que me has causado a través de los años, ES GRATIS.
Cuando lo sumas todo el precio de mi amor, ES GRATIS.
Por todas las noches que estuvieron llenas de temor y por las preocupaciones que sé que vendrán, ES GRATIS.
Por los juguetes, la comida, la ropa, y hasta por limpiarte la nariz, ES GRATIS, hijo.
Y cuando lo sumes todo, el precio de mi amor, ES GRATIS.
Cuando el niño terminó de leer esto tenía las lágrimas en sus ojos. Miró a su madre a los ojos y le dijo:
"Mamá, qué mucho te quiero".
Luego escribió en el papel:
"PAGADO EN SU TOTALIDAD".


miércoles, 29 de octubre de 2014

EL ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS. (I.V.



El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se niega a arrancar.
Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.
Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.
Posteriormente me acompañó hasta el coche. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.
- Oh, ese es mi árbol de problemas, contestó. Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez.
Lo divertido es, dijo sonriendo, que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior.

lunes, 27 de octubre de 2014

TODO LLEGA...(I.V.)


Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un grillito.
- ¿Hacia dónde te diriges?, le preguntó.
Sin dejar de caminar, la oruga contestó: 
- Tuve un sueño anoche, soñé‚ que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.
Sorprendido, el grillito dijo mientras su amigo se alejaba:
- ¡Debes estar loco! ¿Cómo podrás llegar hasta aquél lugar? ¡Tú, una simple oruga! Una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar, y cualquier tronco una barrera infranqueable.
Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse.
De pronto se oyó la voz de un escarabajo:
- ¿Hacia dónde te diriges con tanto empeño?.
Sudando ya el gusanito, le dijo jadeante:
- Tuve un sueño y deseo realizarlo, subir‚ a esa montaña y desde ahí contemplar‚ todo nuestro mundo.
El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo:
- Ni yo, con patas tan grandes, intentaría una empresa tan ambiciosa.
El se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.
Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir.
"¡No lo lograrás jamás!", le decían, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.
Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar.
- Estar‚ mejor, fue lo último que dijo, y murió.
Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable.
Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos, de pronto quedaron atónitos, aquella caparazón dura comenzó a quebrarse y, con asombro, vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta.
Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arcoiris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: una mariposa.
No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir. Todos se habían equivocado.

Dios nos ha creado para realizar un sueño, vivamos por él, intentemos alcanzarlo, pongamos la vida en ello y, si nos damos cuenta que no podemos, quizá necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas.
Es buscando lo imposible como los hombres han encontrado y alcanzado lo posible, y aquéllos que se limitaron a lo que visiblemente era posible, nunca dieron un paso


miércoles, 8 de octubre de 2014

LOS 7 BULTOS (I.V.)



Estaba un hombre sentado en un banco de una plaza donde siempre acostumbraba a quedarse por algún tiempo.
El se relajaba mirando los árboles al sol y al viento, las palomas en búsqueda de alimentos, los ambulantes vendiendo baratijas, los pájaros haciendo nidos, los niños jugando, las campanas de la iglesia repicando, viejitos jugando a los dados y al dominó.
Súbitamente se vio rodeado por 7 bultos de rostros cubiertos, y uno de ellos le dijo:
- Nosotros somos moradores del futuro.
- Y que me vienen a decir? – pregunto él, sintiéndose incómodo.
Así, uno a uno comenzó a decir:
1º – Yo soy una tormenta: un día podré llevar todo lo que posees.
2º – Yo soy el Hambre: un día podré llegar y conocerás uno de los mayores dolores que sufre el mundo.
3º – Yo soy el desempleo: un día podré visitarte y no sabrás cómo sobrevivir.
4º – Yo soy un incendio: un día podré dejarte sin techo y sin abrigo.
5º – Yo soy la melancolía: un día podré alcanzarte y perderás las ganas de vivir.
6º – Yo soy la soledad: un día podré golpear tu puerta y no tendrás compañeros para oírte o para conversar.
7º – Yo soy la vejez: cuando Yo llegue, estarás vacío, enfermo y sin metas.
De repente, como en un torbellino, los 7 bultos hablaban al mismo tiempo, atropelladamente. Poniéndose a respirar hondo, al rato fue reaccionando y, como en un pase de magia, él pudo ver los rostros de los 7 bultos. El hombre, antes relajado y tranquilo, comenzó a temblar. Eran exactamente iguales a él! Él, con decisión, dijo:
- Paren! Ustedes son ladrones de paz! Son asaltantes de mentes distraídas! Ustedes son YO mismo! Son mis pensamientos! Ustedes no viven en el futuro! Viven en mi cabeza, pero en ella soy YO quién manda!
Y prosiguió:
- Aquí aprendí con los árboles que la renovación es posible después de tener sus hojas caídas.
- Aquí aprendí con las palomas que siempre habrá más alimento que palomas hambrientas.
- Aquí aprendí con los vendedores ambulantes que el empleador no siempre es indispensable y que siempre habrá medios para sobrevivir.
- Aquí aprendí con los pájaros que, por cada nido derrumbado, nuevos nidos pueden ser construidos.
- Aquí aprendí con los niños que no es necesario ningún esfuerzo para ser feliz y querer vivir.
- Aquí aprendí con el tañir de las campanas que, por más solos que estemos, siempre habrá alguien para escucharnos.
- Y aquí aprendí con los viejitos, que es posible alcanzar las metas aunque sea venciendo en una apuesta de dados o en un juego de dominó.
Poco a poco aquellos 7 bultos fueron cambiando sus pesadas expresiones y, abriendo suaves sonrisas, dijeron:

1º – Yo soy la Prosperidad.
2º – Yo soy la Abundancia.
3º – Yo soy el Progreso.
4º – Yo soy la Seguridad.
5º – Yo soy la Alegría.
6º – Yo soy el Compañerismo.
7º – Yo soy la Certeza de que la Vida es Eterna.
Sintiendo que había dominado los propios “fantasmas”, el hombre salió caminando suave y tranquilamente en dirección al Mañana…
Vive un hoy, como si fuera el mañana…
Tu derrota se inicia, cuando tu esfuerzo termina

lunes, 6 de octubre de 2014

SI FUÈRAMOS BUENOS (I.V.)



Si fuéramos buenos, querríamos estar siempre últimos, y no primeros.
Rogaríamos no ser invitados al escenario, ni a tomar el micrófono, ni a
estar bajo el haz de los reflectores del mundo.
Si fuéramos buenos, disputaríamos dar lo mejor, y no recibir lo mejor.
Insistiríamos ante quienes nos rodean, con fuerza y convicción, en que nos permitan darles lo mejor que tenemos, rechazando lo bueno que ellos nos ofrecen, para que sean ellos quienes lo disfrutan.
Si fuéramos buenos, no pensaríamos mal de los demás, sino que buscaríamos todo el tiempo la forma de comprender los actos de nuestros hermanos, como surgidos de una buena intención.
Si fuéramos buenos, viviríamos la vida con optimismo y esperanza, confiados en que cada día es un regalo maravilloso e irrepetible. Sin lugar para la depresión o las tristezas no justificadas, iluminaríamos el mundo con nuestras alegres miradas.
Si fuéramos buenos, nos alegraríamos infinitamente de todo lo bueno que les ocurre a los demás, sin hacer comparaciones con lo que nosotros somos o tenemos.
Si fuéramos buenos, daríamos gracias cada día a Dios por todo lo que El no nos da, porque ésta es Su forma de invitarnos a compartir Su Cruz.
Si fuéramos buenos, obedeceríamos con alegría a quienes Dios pone en
nuestro camino como guías, sean nuestros padres, jefes, o nuestros
maestros.
Si fuéramos buenos, buscaríamos por todos los medios no utilizar palabras que puedan herir a los demás, suavizando nuestro lenguaje hasta hacerlo un medio de transmitir hasta la noticia más dura, con ternura y sinceridad.
Si fuéramos buenos, no dejaríamos de hacer aquellas cosas que nos duelan, pero que por amor y justicia corresponden ser hechas.
Si fuéramos buenos, no sentiríamos vergüenza de dar testimonio de ser hijos de Dios, de amarlo por sobre todas las cosas, supeditando todos los actos de nuestra vida a Su Voluntad.
Si fuéramos buenos, seríamos verdaderos paladines en la defensa de la
verdad, de la justicia, y de la búsqueda del camino de la luz.
Si fuéramos buenos, no dejaríamos sin ayuda a ese niño que hoy nos pidió dinero en la calle.
Si fuéramos buenos, le diríamos a nuestro padre y a nuestra madre que los amamos, que los necesitamos, y que el mundo no sería el mismo sin ellos.
Si fuéramos buenos, escucharíamos a nuestros hijos cuando nos dicen que nos aman, que nos necesitan, aunque lo hagan con palabras que no comprendemos totalmente.
Si fuéramos buenos, amaríamos la vida que Dios nos da, y la defenderíamos a muerte. Millones de niños abortados tendrían un ejército de mujeres y hombres dispuestos a luchar hasta detener esta matanza.
Si fuéramos buenos, daríamos el ciento por uno en retribución, por cada don que Dios nos da.
Si fuéramos buenos, veríamos en cada paso de nuestra vida, una oportunidad de ver la Mano de Dios obrando a nuestro alrededor. Y dejaríamos que sea El el que guíe nuestro camino.
Si fuéramos buenos, amaríamos…


jueves, 2 de octubre de 2014

Adiós mi dulce Golfo

Mi perro ha muerto.
Lo enterré en el jardín
junto a una vieja máquina oxidada.

Allí, no más abajo,
ni más arriba,
se juntará conmigo alguna vez.

Ahora él ya se fue con su pelaje,
su mala educación, su nariz fría.

Y yo, materialista que no cree
en el celeste cielo prometido
para ningún humano,
para este perro o para todo perro
creo en el cielo, sí, creo en un cielo
donde yo no entraré, pero él me espera
ondulando su cola de abanico
para que yo al llegar tenga amistades.

Ay no diré la tristeza en la tierra
de no tenerlo más por compañero
que para mí jamás fue un servidor.
Tuvo hacia mí la amistad de un erizo
que conservaba su soberanía,
la amistad de una estrella independiente
sin más intimidad que la precisa,
sin exageraciones:
no se trepaba sobre mi vestuario
llenándome de pelos o de sarna,
no se frotaba contra mi rodilla
como otros perros obsesos sexuales.

No, mi perro me miraba dándome la atención necesaria
la atención necesaria
para hacer comprender a un vanidoso
que siendo perro él,
con esos ojos, más puros que los míos,
perdía el tiempo, pero me miraba
con la mirada que me reservó
toda su dulce, su peluda vida,
su silenciosa vida,
cerca de mí, sin molestarme nunca,
y sin pedirme nada.

Ay cuántas veces quise tener cola
andando junto a él por las orillas del mar,
en el Invierno de Isla Negra,
en la gran soledad: arriba el aire
traspasando de pájaros glaciales
y mi perro brincando, hirsuto,
lleno de voltaje marino en movimiento:
mi perro vagabundo y olfatorio
enarbolando su cola dorada
frente a frente al Océano y su espuma.
alegre, alegre, alegre
como los perros saben ser felices,
sin nada más,
con el absolutismo de la naturaleza descarada.
No hay adiós a mi perro que se ha muerto.

Y no hay ni hubo mentira entre nosotros.
Ya se fue y lo enterré, y eso era todo.


miércoles, 1 de octubre de 2014

La ventana (I.V.)


Dos hombres, ambos muy enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital. A uno se le permitía sentarse en su cama cada tarde, durante una hora, para ayudarle a drenar el líquido de sus pulmones. Su cama daba a la única ventana de la habitación. El otro hombre tenía que estar todo el tiempo boca arriba.
Los dos charlaban durante horas. Hablaban de sus mujeres y sus familias, sus hogares, sus trabajos, su estancia en el servicio militar, donde habían estado de vacaciones. Y cada tarde, cuando el hombre de la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo a su vecino todas las cosas que podía ver desde la ventana. El hombre de la otra cama empezó a desear que llegaran esas horas, en que su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades, colores del mundo exterior.
La ventana daba a un parque con un precioso lago. Patos y cisnes jugaban en el agua, mientras los niños lo hacían con sus cometas. Los jóvenes enamorados paseaban de la mano, entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes árboles adornaban el paisaje, y se podía ver en la distancia una bella vista de la línea de la ciudad. El hombre de la ventana describía todo esto con un detalle exquisito, el del otro lado de la habitación cerraba los ojos e imaginaba la idílica escena.
Una tarde calurosa, el hombre de la ventana describió un desfile que estaba pasando. Aunque el otro hombre no podía oír a la banda,
podía verlo, con los ojos de su mente, exactamente como lo describía el hombre de la ventana con sus mágicas palabras.
Pasaron días y semanas.
Una mañana, la enfermera de día entró con el agua para bañarles, encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, que había
muerto plácidamente mientras dormía.
Se llenó de pesar y llamó a los ayudantes del hospital, para llevarse el cuerpo.
Tan pronto como lo consideró apropiado, el otro hombre pidió ser trasladado a la cama al lado de la ventana. La enfermera le cambió encantada y, tras asegurarse de que estaba cómodo, salió de la
habitación. Lentamente, y con dificultad, el hombre se irguió sobre el codo, para lanzar su primera mirada al mundo exterior; por fin tendría la
alegría de verlo el mismo.
Se esforzó para girarse despacio y mirar por la ventana al lado de la cama… y se encontró con una pared blanca. El hombre preguntó a la enfermera qué podría haber motivado a su compañero muerto para
describir cosas tan maravillosas a través de la ventana.
La enfermera le dijo que el hombre era ciego y que no habría podido ver ni la pared, y le indicó:
- “Quizás sólo quería animarle a usted”

lunes, 29 de septiembre de 2014

Oportunidad (I.V.)



Cuando la gran biblioteca de Alejandría se quemó, dice la leyenda, que un libro se salvó. Pero no era un libro valioso; así que un hombre pobre que podía leer un poco, lo compró por unos cuantos centavos.
El libro no era muy interesante, pero entre sus páginas había algo de veras interesante. ¡Era una delgada lámina de pergamino sobre el cual estaba escrito el secreto de la “piedra de toque”!
La piedra de toque era una piedrecilla que podía convertir cualquier metal común en oro puro. La escritura explicaba que yacía entre miles y miles de otras piedrecillas que se veían igual que ella. Pero el secreto era este: la piedra genuina estaría cálida, mientras que las demás están frías. Solo había que buscarla.
Así que el hombre vendió sus pocas pertenencias, compró algunos suministros básicos, acampó en la playa y comenzó a probar las piedrecillas.
Él sabía que si recogía piedras ordinarias y las tiraba de nuevo por estar frías, podría recoger la misma piedrecilla cientos de veces. Así que cuando sentía que una estaba fría, la tiraba al mar. Invirtió un día completo haciendo esto, pero ninguna de ellas resultó ser la piedra del toque. Sin embargo él continuó haciéndolo. Recogía una piedrecilla. Fría: la tiraba al mar. Recogía otra. La tiraba al mar.
Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Un día, sin embargo, después del mediodía, recogió una piedrecilla y esta estaba caliente. La tiró al mar antes de darse cuenta de lo que hacía. Había desarrollado un hábito tan fuerte de tirar cada piedrecilla al mar que cuando encontró la que buscaba, la tiró cuando se percató que la última está caliente ya era muy tarde...
Así pasa con la oportunidad. A menos que estemos atentos, es fácil fallar en reconocer una oportunidad cuando se nos presenta y es igual de fácil echarla por la borda.

jueves, 25 de septiembre de 2014

SUEÑO


Una vez en el lugar más hermoso del universo vivía un niño llamado Sueño, el cual anhelaba crecer y conocer otros mundos.
Sueño se la pasaba por allá en lo alto, por las nubes jugando y jugando todo el día.

Una vez Sueño se dio cuenta que él no crecía como crecían sus amigos, además empezó a sentirse muy débil y poco a poco perdió sus ganas de jugar.

Un gran día, llegó un mensajero que llevaba consigo un maletín muy especial que contenía alimentos para así fortalecer y hacer crecer a Sueño.

Desde el mismo instante en que aquel mensajero llegó, Sueño empezó a sentirse mejor y mejor, ya que cada día aquel mensajero lo alimentaba con aquellos manjares.

Muchos caldos de constancia con fuerza, platos muy nutritivos de voluntad y trabajo, postres hechos a base de paciencia, fantásticos jugos hechos con decisión y lo más importante tratándolo con mucha confianza.

Sueño creció y creció, y llegó a dejar de ser Sueño para convertirse en Meta y, claro que siguió jugando pero ya no por las nubes, sino aquí en la Tierra, cada vez más conoció otros mundos, mundos como la felicidad y la satisfacción, y un día no muy lejano, Meta dejó de ser Meta y se transformó en REALIDAD.

¡¡¡¡HAZ QUE TUS SUEÑOS SE CONVIERTAN EN REALIDAD!!!!


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Flores alrededor del camino (I.V.)


Un cargador de agua en la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo que él llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía una grieta, mientras que la otra era perfecta y entregaba el agua completa al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón.
Cuando llegaba, la vasija rota solo contenía la mitad del agua. Por dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, perfecta para los fines para la cual fue creada.
Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía conseguir la mitad de lo que se suponía debía hacer. Después de dos años le habló al aguador diciéndole:
- Estoy avergonzada de mi misma y me quiero disculpar contigo...
- ¿Por qué? le preguntó el aguador.
- Porque debido a mis grietas, solo puedes entregar la mitad de mi carga. Debido a mis grietas, solo obtienes la mitad del valor de lo que deberías.
El aguador se sintió muy apesadumbrado por la vasija y con gran compasión le dijo:
- Cuando regresemos a la casa del patrón quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.
Así lo hizo y en efecto vio muchísimas flores hermosas a todo lo largo, pero de todos modos se sintió muy apenada porque al final solo llevaba la mitad de su carga.
El aguador le dijo:
- ¿Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino?, siempre he sabido de tus grietas y quise obtener ventaja de ello, sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde tú vas y todos los días tú las has regado. Por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi maestro. Sin ser exactamente como eres, Él no hubiera tenido esa belleza sobre su mesa.


lunes, 22 de septiembre de 2014

Todo pagado...


Un joven que pagaba sus estudios trabajando de vendedor ambulante, sentía hambre pero no tenía dinero para almorzar. Decidió vencer la vergüenza que le daba mendigar y pedir algo de comer en la próxima puerta que tocase. No obstante, perdió su nervio cuando una hermosa joven le abrió la puerta. En lugar de pedir comida pidió solo un vaso de agua.
Ella, sin embargo, se apiadó de el y le trajo un vaso de leche. El se lo tomó tímidamente y preguntó:
- ¿Cuanto le debo?".
- No me debe nada, respondió ella. Mi madre nos enseñó a nunca aceptar pago por hacer un favor.
- Entonces le agradezco de corazón, respondió el joven.
Aquel joven llamado Howard Kelly se fue de aquella casa, no solo sintiéndose fortalecido en su cuerpo sino también en su fe en Dios y en la humanidad. Antes del incidente estaba pensando en rendirse y renunciar.
Muchos años más tarde aquella joven, ya mayor, se enfermó gravemente. Los doctores locales estaban muy preocupados. Finalmente la enviaron al hospital de una gran ciudad donde practicaba un famoso especialista en aquella enfermedad.
Cuando el médico se dio cuenta del nombre de su nueva paciente y del pueblo de procedencia, inmediatamente se levantó y fue a verla. La reconoció inmediatamente. Volvió a su oficina resuelto a hacer todo lo posible para salvar su vida. La lucha fue larga pero la señora se salvó.
Por su parte la señora andaba muy preocupada sabiendo que el precio de su estancia en el hospital sería astronómico. Sin que ella supiese, el doctor envió órdenes que le pasaran a él la cuenta final. Después de examinarla escribió un mensaje al pie de la cuenta antes de que fuese enviada a la señora.
Ella abrió aquella cuenta con gran temor, pensando que pasaría el resto de sus días pagándola. Finalmente miró y cual fue su asombró cuando leyó al pie de la lista de enormes cifras:
Todo pagado por completo... con un vaso de leche.

Firmado: Dr. Howard Kelly.


jueves, 18 de septiembre de 2014

La cuerda de la vida (I.V.)


Cuentan que un alpinista desesperado por conquistar el Aconcagua, inició su travesía después de años de preparación.
Pero quería la gloria para él solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde. No se preparó para acampar, sino que siguió subiendo decidido a llegar a la cima, hasta que se hizo la oscuridad. La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña; ya no podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.

Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, resbaló y se desplomó por los aires... Caía a una velocidad vertiginosa, sólo podía ver veloces manchas más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los gratos y no tan gratos momentos de su vida.
Pensaba que iba a morir; sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo partió en dos. Si como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. Después de un momento de quietud, suspendido por los aires, gritó con todas sus fuerzas:
- "¡¡¡Ayúdame Dios mío!!!..."

De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó: - "¿QUÉ QUIERES QUE HAGA, HIJO MIO?"

- "Sálvame, Dios mío "

- "¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?"

- "Por supuesto, Señor "

- "ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..."

Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...

Cuenta el equipo de rescate que al día siguiente encontraron colgado a un alpinista muerto, congelado, agarrado fuertemente con las manos a una cuerda... A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO.


¿Y tú ? ¿Qué tan confiado estás de tu cuerda?
¿Por qué no la sueltas?
A veces hay que confiar en lo desconocido...nunca se sabe...

miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿Qué somos?....RETOMANDO LA VUELTA

Hay personas Estrella y hay personas Cometa.
Los Cometa pasan. 
Apenas son recordados 
por las fechas que pasan y vuelven. 
Los Estrella, en cambio, permanecen.

Hay mucha gente Cometa.
Pasa por nuestra vida apenas por instantes;
no cautiva a nadie, y nadie la cautiva.
Es gente sin amigos, que pasa por la vida
sin iluminar, sin calentar, sin marcar presencia.

Así son muchos artistas.
Brillan apenas por instantes
en los escenarios de la vida.
Y con la misma rapidez que aparecen, desaparecen.

Así son muchos reyes y reinas:
de naciones, de clubes deportivos
o concursos de belleza.
También entran los hombres y mujeres
que se enamoran y se dejan enamorar
con la mayor facilidad.

Así son las personas que viven
en una misma familia y pasan al lado de otro
sin ser presencia, sin existir.

Lo importante es ser Estrella.
Hacer sentir nuestra presencia,
ser luz, calor, vida.
Los amigos son Estrella.
Los años pueden pasar, pueden surgir distancias,
pero en nuestros corazones quedan sus marcas.

Ser Cometa no es ser amigo, es ser compañero
por instantes, explotar sentimientos,
aprovecharse de las personas y de las situaciones.
Es hacer creer y hacer dudar al mismo tiempo.

La soledad es el resultado de una vida Cometa.
Nadie permanece, todos pasan.
Y nosotros también pasamos por los otros.

Es necesario crear un mundo de personas Estrella,
verlas y sentirlas todos los días, contar con ellas
siempre, ver su luz y sentir su calor.
Así son los Amigos: estrellas en nuestras vidas.

Se puede contar con los amigos.
Ellos son refugio en los instantes de tensión,
luz en los momentos oscuros,
pan en los períodos de debilidad,
seguridad en los pasajes de desánimo.

Al mirar a las personas Cometa
es bueno no sentirnos como ellas,
ni desear el agarrarnos de su cola.
Al mirar a los Cometa, es bueno sentirse Estrella,
dejar por sentada nuestra existencia,
nuestra constante presencia, vivir
y construir una historia personal.

Es bueno sentir que somos luz para muchos amigos
y que ellos nos han iluminado a su vez.
Es bueno sentir que somos calor para muchos corazones
y que esos corazones nos arroparon
cuando el frío nos castigó.

Ser Estrella en este mundo pasajero,
en este mundo lleno de personas Cometa,
es un desafío, pero por encima de todo, una recompensa.

Ser Estrella es nacer, vivir, y no existir apenas



lunes, 16 de junio de 2014

Ser buenos (I.V)


Si fuéramos buenos, querríamos estar siempre últimos, y no primeros.
Rogaríamos no ser invitados al escenario, ni a tomar el micrófono, ni a
estar bajo el haz de los reflectores del mundo.
Si fuéramos buenos, disputaríamos dar lo mejor, y no recibir lo mejor.
Insistiríamos ante quienes nos rodean, con fuerza y convicción, en que nos permitan darles lo mejor que tenemos, rechazando lo bueno que ellos nos ofrecen, para que sean ellos quienes lo disfrutan.
Si fuéramos buenos, no pensaríamos mal de los demás, sino que buscaríamos todo el tiempo la forma de comprender los actos de nuestros hermanos, como surgidos de una buena intención.
Si fuéramos buenos, viviríamos la vida con optimismo y esperanza, confiados en que cada día es un regalo maravilloso e irrepetible. Sin lugar para la depresión o las tristezas no justificadas, iluminaríamos el mundo con nuestras alegres miradas.
Si fuéramos buenos, nos alegraríamos infinitamente de todo lo bueno que les ocurre a los demás, sin hacer comparaciones con lo que nosotros somos o tenemos.
Si fuéramos buenos, daríamos gracias cada día a Dios por todo lo que El no nos da, porque ésta es Su forma de invitarnos a compartir Su Cruz.
Si fuéramos buenos, obedeceríamos con alegría a quienes Dios pone en
nuestro camino como guías, sean nuestros padres, jefes, o nuestros
maestros.
Si fuéramos buenos, buscaríamos por todos los medios no utilizar palabras que puedan herir a los demás, suavizando nuestro lenguaje hasta hacerlo un medio de transmitir hasta la noticia más dura, con ternura y sinceridad.
Si fuéramos buenos, no dejaríamos de hacer aquellas cosas que nos duelan, pero que por amor y justicia corresponden ser hechas.
Si fuéramos buenos, no sentiríamos vergüenza de dar testimonio de ser hijos de Dios, de amarlo por sobre todas las cosas, supeditando todos los actos de nuestra vida a Su Voluntad.
Si fuéramos buenos, seríamos verdaderos paladines en la defensa de la
verdad, de la justicia, y de la búsqueda del camino de la luz.
Si fuéramos buenos, no dejaríamos sin ayuda a ese niño que hoy nos pidió dinero en la calle.
Si fuéramos buenos, le diríamos a nuestro padre y a nuestra madre que los amamos, que los necesitamos, y que el mundo no sería el mismo sin ellos.
Si fuéramos buenos, escucharíamos a nuestros hijos cuando nos dicen que nos aman, que nos necesitan, aunque lo hagan con palabras que no comprendemos totalmente.
Si fuéramos buenos, amaríamos la vida que Dios nos da, y la defenderíamos a muerte. Millones de niños abortados tendrían un ejército de mujeres y hombres dispuestos a luchar hasta detener esta matanza.
Si fuéramos buenos, daríamos el ciento por uno en retribución, por cada don que Dios nos da.
Si fuéramos buenos, veríamos en cada paso de nuestra vida, una oportunidad de ver la Mano de Dios obrando a nuestro alrededor. Y dejaríamos que sea El el que guíe nuestro camino.
Si fuéramos buenos, amaríamos…



jueves, 12 de junio de 2014

La vida...

Puedes tener defectos, vivir ansioso y estar irritado algunas veces, pero no te olvides de que tu vida es la mayor empresa del mundo. Solo tu puedes evitar que ella vaya en decadencia. Hay muchas personas que te precisan, admiran y te quieren.
Me gustaría que siempre recordaras que ser feliz no es tener un cielo sin tempestades, caminos sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.
Ser feliz no es solo valorar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.
No es brindar sólo por los triunfos, sino aprender lecciones en los fracasos.
No es solo tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegría en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones y períodos de crisis.
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar para dentro de su propio ser.
Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse un actor de la propia historia.
Es atravesar desiertos fuera de sí, mas ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma.
Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida.
Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos.
Es saber hablar de uno mismo.
Es tener coraje para oír un “NO”.
Es tener seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta.
Es besar a los hijos, mimar a los padres y tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran.
Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple que vive dentro de cada uno de nosotros.
Es tener madurez para decir “me equivoqué”.
Es tener la osadía para decir “perdóname”.
Es tener sensibilidad para expresar “te necesito”.
Es tener capacidad de decir “te amo”.
Deseo que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para ser feliz… Que en tus primaveras seas amante de la alegría. Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduría. Y, cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo. Pues así serás cada vez más apasionado por la vida.
Y descubrirás que… Ser feliz no es tener una vida perfecta sino usar las lágrimas para regar la tolerancia. Usar las pérdidas para refinar la paciencia. Usar las fallas para esculpir la serenidad. Usar el dolor para lapidar el placer. Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia.
Jamás desistas. Jamás desistas de las personas que amas. Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo imperdible. ¡Y tu eres un ser humano especial!.
Todo se consigue con la perseverancia, con la actitud positiva y aprendiendo a sacar cosas buenas de los fracasos.


miércoles, 11 de junio de 2014

Cada persona un mundo (I.V)



No corras desatinadamente
intentando sanar a todos tus amigos.
Haz tu propio trabajo mental
y sánate a ti mismo.
Eso será más benéfico que ninguna otra cosa
para quienes te rodean.
No podemos hacer que los demás cambien.
Sólo podemos ofrecerles una atmósfera mental positiva
Donde tengan la posibilidad de cambiar
si lo desean.
No es posible hacer el trabajo por otra persona,
ni tampoco imponérselo.
Cada persona está aquí para aprender sus propias lecciones,
y no les servirá de nada que se las demos resueltas,
porque tiene que pasar personalmente
por el proceso vital necesario para aprenderlas.
Lo único que podemos hacer por los demás es amarlos
y dejar que sean quienes son,
saber que su verdad está dentro de ellos,
y que cambiarán cuando quieran hacerlo.



lunes, 9 de junio de 2014

La silla (I.V.)

La hija de un hombre le pidió al sacerdote que fuera a su casa a hacer una oración para su padre que estaba muy enfermo.
Cuando el sacerdote llegó a la habitación, encontró a este pobre hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas.
Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote pensó que el hombre sabía que vendría a verlo.
- ¿Supongo que me estaba esperando?- le dijo.
- No, ¿quién es usted?- dijo el hombre enfermo.
- Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted; cuando entré y note la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabía que yo vendría a visitarlo.
- Ah sí, la Silla. Le importa cerrar la puerta? – dijo el hombre enfermo.
El sacerdote sorprendido cerró la puerta.
El hombre enfermo le dijo:
- Nunca le he dicho esto a nadie, pero toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar. Cuando he estado en la Iglesia, he escuchado siempre al respecto de la oración, cómo se debe orar y los beneficios que trae…
…pero siempre esto de las oraciones;¡ no sé…! Me entra por un oído y me sale por el otro. De todos modos no tengo idea de cómo hacerlo. Entonces… Hace mucho tiempo abandoné por completo la oración. Esto ha sido así en mí hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo:
“José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús. Así es como te sugiero que lo hagas… Te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente de ti, luego con fe miras a Jesús sentado delante de ti. Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora.”
Es así que lo hice una vez y me gustó tanto, que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces. Siempre tengo mucho cuidado que no vaya a verme mi hija… Pues me internaría de inmediato en el manicomio.
El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era algo muy bueno lo que venía haciendo, y que no dejara de hacerlo nunca. Luego hizo una oración con él. Le extendió una bendición y se fue a su parroquia.
Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido.
El sacerdote le preguntó:
- ¿Falleció en Paz?
- Sí, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama. Me dijo que me quería mucho y me dio un beso. Cuando regresé de hacer unas compras una hora más tarde, ya lo encontré muerto. Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella. Pues así lo encontré. ¿Qué cree usted que pueda significar esto?
El sacerdote profundamente estremecido, se secó las lágrimas de emoción y le respondió:
-”Ojalá todos nos pudiésemos ir de esa manera”.

jueves, 5 de junio de 2014

EL MEJOR TESORO (I.V:)

EL LIBRO DEL TESORO

Hace muchísimos años, en una pequeña ciudad de Damasco vivía una viuda con solo un hijo. Cuando creyó que estaba cerca de su final, llamó a su hijo y le dijo:
- Hemos vivido en dificultades porque somos pobres pero te entrego esta riqueza.
- Este libro me lo regaló un poderoso mago y dentro de sus páginas están todas las indicaciones necesarias para hallar un gran tesoro. Yo no he tenido ni fuerza ni tiempo para leerlo, pero ahora te lo doy a ti. Sigue las instrucciones y llegarás a ser rico.
El hijo, después de haber superado la tristeza por la pérdida de su madre, empezó a leer aquel grueso libro , antiguo y precioso que comenzaba así :
“Para llegar al tesoro debes leer página por página. Si saltas y lees el final, el libro desaparecerá por arte de magia y no podrás encontrar el tesoro.”
Y prosiguió describiendo las riquezas. Pero después de la primera página, el texto continuaba en lengua árabe.
El joven, que ya se imaginaba rico, por no correr el riesgo de que otro se entere, se puso a estudiar árabe, hasta que pudo leer sin problema. Pero con sorpresa advirtió que el libro continuaba en Chino y en otro idioma.
El joven con paciencia estudió cada idioma. Mientras tanto para poder vivir, aprovechó el conocimiento de varias lenguas y comenzó a ser conocido en la ciudad como mejor intérprete, de tal modo que ya su situación económica no era tan difícil.
El libro continuaba con las instrucciones para administrar el tesoro.
El joven estudió con mucha voluntad Comercio y Economía.
Se capacitó sobre los bienes muebles e inmuebles, para que no lo engañaran cuando tuviera el tesoro. A su vez aprovechó para adquirir nuevos conocimientos, a tal punto que su fama se extendía hasta la corte, donde lo nombraron administrador general.
El libro por fin se adentraba en lo único en cuestión, indicando la forma de cómo construir un puente, cómo usar los instrumentos para llegar al lugar, cómo abrir las puertas de piedra apartando la tierra.
Enseñaba cómo aplanar una calle. Siempre con la idea de que nadie lo ayudase para no confiar su secreto.
El hijo de la viuda quien llegó a ser un hombre muy culto y respetado, estudió ingeniería y urbanismo, al ver el Rey su valor y cultura lo nombra Ministro y Arquitecto de la corte.
Finalmente, Primer Ministro. No existía en el reino un hombre tan culto e inteligente, que había llegado al final de la lectura.
El día de su boda con la hija del Rey, llegó a la última frase y en ella pudo leer:

La riqueza más grande, es el Conocimiento




miércoles, 4 de junio de 2014

GUARDAR SILENCIO. (I.V.)



Si lo que vas a decir no es más hermoso que el silencio, entonces no hables. Hay un tiempo para callar, igual que hay un tiempo para hablar.
El tiempo de callar debe ser el primero cronológicamente; y nunca se sabrá hablar bien, si antes no se ha aprendido a callar.
El hombre es más dueño de sí mismo cuando guarda silencio: cuando habla parece derramarse y disiparse por el discurso, de forma que pertenece menos a sí mismo que a los demás. Es de un hombre de sentido común hablar poco y decir siempre cosas razonables. El silencio es necesario en muchas ocasiones, pero siempre hay que ser sincero; se pueden retener algunos pensamientos, pero no debe disfrazarse ninguno. Hay formas de callar sin cerrar el corazón; de ser discreto, sin ser sombrío y taciturno; de ocultar algunas verdades, sin cubrirlas de mentiras.
Hay un silencio prudente, cuando se sabe callar oportunamente. El silencio artificioso calla para sorprender, bien desconcertando a quienes nos declaran sus sentimientos sin darles a conocer los nuestros, bien aprovechando lo que hemos oído y observado sin haber querido responder de otro modo mediante maneras engañosas.
Existe también el silencio complaciente que consiste no sólo en aplicarse en escuchar sin contradecir, a quienes se trata de agradar, sino también en darles muestras del placer que sentimos con su conversación o con su conducta; de modo que las miradas, los gestos, todo supla la falta de la palabra para aplaudirles. Es un silencio inteligente cuando en el rostro de una persona que no dice nada se percibe cierto talante abierto, agradable, animado e idóneo para reflejar, sin la ayuda de la palabra, los sentimientos que se quieren dar a conocer. Es por el contrario un silencio estúpido cuando, inmóvil la lengua e insensible el espíritu, toda la persona parece abismada en una profunda taciturnidad que no significa nada.
El silencio aprobatorio consiste en el consentimiento que uno da a lo que ve o a lo que oye.
El silencio de desprecio no se digna a responder a quien nos habla o que espera que opinemos sobre el tema, y mirar con tanta frialdad como orgullo todo lo que viene de su parte. El silencio político es el de un hombre prudente que se reserva y se comporta con circunspección, que jamás se abre del todo, que no dice todo lo que piensa, que no siempre explica su conducta; que, sin traicionar los derechos de la verdad, no siempre responde claramente, para no dejarse descubrir.
El silencio de humor es el de cuyas pasiones sólo se animan según la disposición o la agitación del humor que domina.

lunes, 2 de junio de 2014

El fracaso no es tal (I,V)



El fracaso no significa que soy un fracasado; significa que todavía no he triunfado.
El fracaso no significa que no he logrado nada; significa que he aprendido algo.
El fracaso no significa que he sido un tonto; significa que tuve suficiente fe para experimentar.
El fracaso no significa que he sido desgraciado; significa que me atreví a probar.
El fracaso no significa que no lo tengo; significa que lo tengo de una manera diferente.
El fracaso no significa que soy inferior; significa que no soy perfecto.
El fracaso no significa que he desperdiciado mi tiempo; significa que tengo una excusa para comenzar otra vez.
El fracaso no darme por vencido; significa que debo tratar con más ahínco.
El fracaso no significa que nunca lo haré; significa que necesito más paciencia.
El fracaso no significa que me has abandonado; significa que debes tener una mejor idea para mí.