LA ZANAHORIA, EL HUEVO Y EL CAFÉ
Un acólito preguntaba a su
maestro acerca de la vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No
sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencido.
Estaba cansado de luchar. Parecía
que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su maestro, lo llevó a la cocina
del monasterio.
Allí llenó tres ollas con agua y
las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba
hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última
colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
El alumno esperó impacientemente,
preguntándose qué estaría haciendo su sabio maestro.
A los veinte minutos apagó el
fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los
colocó en otro plato.
Finalmente, coló el café y lo
puso en un tercer recipiente.
Mirando a su extrañado alumno le
dijo: "¿qué ves?" -"Zanahorias, huevos y café" fue su
respuesta. Le hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias.
Lo hizo y notó que estaban
blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Después de sacarle
la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. El
aprendiz sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma y humildemente preguntó:
"¿Qué significa esto?"
El maestro explicó que los tres
elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían
reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua
fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto
débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara
fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su
interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos; después
de estar en agua hirviendo, habían transformado al agua.
"¿Cual eres tú?", le
preguntó. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres
una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te
tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
¿Eres un huevo, que comienza con
un corazón maleable? Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte,
una separación, o un problema te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves
igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres como un grano de café? El
café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua
llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el
grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que
las cosas a tu alrededor mejoren.
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